El fenómeno de la novela de Irene Némirovsky, cuyos avatares son dignos de tener su propia novela —que se suma a su propio interés intrínseco— ha suscitado que se amplifique hasta el punto de tener su versión cinematográfica y su adaptación al cómic, de la mano de Emmanuel Moynot. Es un fresco vivo y caleidoscópico de los comienzos de la segunda Guerra Mundial, centrado en el éxodo de París. Las páginas saltan entre distintas familias procedentes de la burguesía, los Michaud, los Pericand... y el convulso caos de un país presto a ser invadido, donde medran, junto al instinto de supervivencia o los afectos, los comportamientos mezquinos y la naturaleza muchas veces deleznable del ser humano. Moynot transmite con eficacia este mundo coral a través de una eficiente puesta en escena y una solvente narración, pero el dibujo, a lápiz y manchas, aunque participa de la opresión plomiza de esos tiempos, es en última instancia un dibujo poco atractivo que, si sale adelante, es en virtud de esa pericia narrativa. Tempestad en junio es la primera de las partes en las que se compone Suite francesa, así que aún queda otro volumen más por explorar, con el que recuperar, de forma gráfica, esta impactante obra de Némirovsky. (Carlos Cruz, 14 de septiembre de 2015)
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