Lo he devorado en dos tardes. No me ha sido dificil entrar en la historía, será porque yo he llegado a tener walkman y sé lo que es que un coche tenga incorporado un reproductor de cassette. La autora narra de una manera colosal las experiencias ocultas que cada uno de nosotros tenemos guardadas en un armario, dentro de nosotros, y con la llave echada. Una parte de la historia me ha hecho viajar en el tiempo, hacia atrás, al hacerme recordar unos hechos similares a los que vivió una de los personajes, Anita, y que sucedían en un parque de un pueblo muy conocido de Granada. Prometo contárselo a la autora, aquí lo omito. Queda muy bien retratada la sociedad de entonces, que no es tan lejana a la de ahora... aunque hayamos avanzado un poquito, en donde a las mujeres desinhibidas, que tienen ganas de dar rienda suelta a su sensualidad y sexualidad, son menos preciadas y llamadas putas, por los mismos hombres que matarían por poseerlas, al menos una vez en sus tristes vidas. Y cómo se ve tan normal que un hombre folle mucho, hasta pagando. Me gusta la falta de vergüenza de la autora en el uso de la palabra, ha creado un argumento digno de una autora no tan novel. Y lo que es más importante, no parece una novela erótica narrada sólo para mujeres, es más: ¿tíos que esperáis a leerla? Eso sí, que sea para algo más que para machacarosla. Que esta novela es más profunda que el salvaje deseo sexual que os pueda despertar al leerla.
hace 10 años