Los trece años de Marjorie Glatt no son como los de los demás. Encargada de administrar la lavandería familiar al tiempo que intenta sobrevivir al instituto, en su día a día debe lidiar con clientes quisquillosos, compañeros de clase insoportables, lecciones angustiosas de natación y… la lavandería, siempre la lavandería. Wendell también es un poco diferente. Pero es que él es un fantasma, aunque se resista a aceptar su nuevo estado. Cuando sus mundos chocan y Wendell convierte la lavandería de los Glatt en su patio de juegos nocturno, no se da cuenta que sus torpes intentos de forjar una amistad pueden poner en peligro la vida que Marjorie está luchando por mantener.