Ladislao González está acogotado por problemas laborales y conyugales. Eso, y sus irrefrenables tripas, conforman su visión negra e irreverente de la sociedad en la que vive. Pero Ladislao tiene al fin un golpe de suerte: imprime libros en los rollos de papel higiénico y el invento se convierte en un éxito. Rectos torcidos es una novela trepidante sobre un pobre hombre, en la que tiene un papel fundamental el sentido del humor, a veces negro, siempre ácido, del narrador.