Quirón es un planeta menor, sin embargo, cada vez se valora más su importancia en la carta natal, ya que indica algún aspecto de la vida donde tenemos una herida profunda que, consciente e inconscientemente, intuimos que nunca podemos curar. A algunos les aflige en el área afectiva, a otros en alguna vocación frustrada y a otros a través de alguna enfermedad, mas siempre se trata de un tema que nos duele y que no podrá ser solucionado, no importa cuánto nos esforcemos en intentarlo. Dice Alejandro Lodi que desarrollar conciencia es aceptar esa polaridad entre felicidad y sufrimiento, la imposibilidad de disociar uno del otro. La función de Quirón -afirma- es recordarnos esa clave: en el corazón de la desgracia está la gracia, y en el corazón de la dicha, está la desdicha. En una primera instancia nuestro impulso ante la herida es de rebeldía y un intenso sentimiento de ser pasibles de un destino funesto completamente inmerecido. Mas, tarde o temprano, comenzamos a comprender que ese inmenso sufrimiento que nos acompaña como una llaga incurable, nos sensibiliza ante el dolor ajeno y nos enseña a comprenderlo y acompañarlo. Sin esa intensa compañía no hubiésemos podido comprender abismos y riquezas del alma; a través de él se despiertan en nuestra más profunda intimidad fuerzas de resiliencia desconocidas. Por todo ello, Quirón puede convertirse en un portal de sabiduría y transformación interior de riqueza inconmensurable.