Quién más, quién menos, todos conocemos la historia del papel, o al menos intuimos algo de ella y de sus protagonistas. Y en realidad, Kurlansky repasa el origen y el desarrollo de uno de los inventos más trascendentales sin mover ni una coma, pero con una diferencia sobre otros libros y autores: el cambio de perspectiva geográfica. Renuncia al eurocentrismo y al occidentalismo y entrega a Oriente el protagonismo que muchos se han empeñado en robarle. Nos guste o no, en un mundo como el nuestro, tiene mérito.
El suyo no deja de ser un trabajo con espíritu divulgativo y con un trasfondo histórico evidente –absténgase aquellos que no sienten interés por la historia– aunque sabe acogerse al mito, amenizar la explicación técnica cuando es preciso y combinar la aparición de personajes variopintos y periodos llamativos para no caer en el tedio. Más de cuatrocientas páginas de historia se hubieran hecho infumables.
Los amantes de la historia del papel, los curiosos y los adictos al libro tradicional tienen una cita con Kurlansky. Sin duda, Papel es una lectura recomendable, pero no sólo para entender la importancia de un cambio o los factores que lo posibilitan, sino para comprender que la globalización no es un proceso nuevo y que el flujo de ideas posibilitó que, paulatinamente, buena parte de la humanidad accediera a un invento que se resiste a desaparecer. (Jorge Juan Trujillo, 21 de octubre de 2021)