Resumen

Si algo tiene claro la joven Maggie Concannon es que no está dispuesta a depender de ningún hombre: "Yo nunca me casaré. No seré la mujer de nadie". Su carácter -independiente, obstinado y temperamental- es fruto de una convivencia familiar marcada por la indiferencia y el desprecio de una madre resentida, pero también un reflejo del paisaje de su tierra natal: la rural y salvaje Irlanda. No obstante, Maggie es capaz de dar forma al arte más refinado a través del vidrio, y, tras la muerte de su padre, el taller se va a convertir en su único refugio. El alma de Maggie -sus deseos, sus inquietudes, sus anhelos...- cobra vida en cada una de sus delicadas piezas, y sorprendentemente, Rogan Sweeney, dueño de una galería de arte de Dublín, puede leer en ellas como en un libro abierto. Pero ¿acaso tienen algo en común la chica de campo y el guapo, culto y elegante hombre de negocios?.