Norman Lewis pasa por Cuba, Goa, Nápoles, la Amazonia, Sevilla, Panamá y Cerdeña, además de escoltar un barco cargado de cosacos que combatieron en el bando alemán durante la Segunda Guerra Mundial. Se encuentra con misioneros asesinos, colonos sudafricanos, Ian Fleming —el creador de James Bond—, bandidos sardos, un verdugo revolucionario, los soldados de la 162 División Turcomana, Ernest Hemingway, los guayakís del Paraguay y dos generales que lucharon por la independencia de Cuba. Nada menos. Publicadas por distintos periódicos, las crónicas de Norman Lewis gozan de una prosa precisa y fluida que un colega suyo comparó al placer de comer cerezas. Es un perfecto estuche de golosinas, a veces envenenadas. En cualquier caso, nunca dejan indiferente. La presente recopilación se suma a la ya publicada en el número 10 de esta misma colección, El Expreso de Rangún, Genocidio y otros relatos.