Cada libro de Rubén Abella, finalista del Nadal en 2009, le ratifica como uno de los mejores narradores actuales en lengua hispana. En Los ojos de los peces viene además a confirmarse su singular maestría en el microrrelato, apuntada ya en su primera entrega de un género siempre delicado: No habría sido igual sin la lluvia (Premio Mario Vargas Llosa-NH de Relatos 2007). Las casi ciento veinte piezas inéditas de este volumen son un revelador viaje al centro del alma humana. Con estos textos brevísimos, ligados por una sutil red de tramas, personajes y escenarios comunes, Abella despliega toda su capacidad para sintetizar esos momentos de iluminación, esas escenas determinantes, sin vuelta atrás, que cambian el rumbo de nuestras vidas.