La tortuga tiene mucho sueño y va a dormir todo el invierno. Cuando ya está en cama, después de cumplir con el ritual para irse a dormir (cepillarse los dientes, ponerse el camisón, colocar las sábanas…), alguien llama a la puerta. Son sus amigos, que van llegando con regalos (un gorro, una tarta de pera, una manta…) para acompañarla antes del largo período de sueño que está a punto de empezar. La amistad es importante y la tortuga agradece las intenciones, pero cada vez tiene más sueño y lo único que quiere es que la dejen tranquila para poder dormir…