Mi nombre es Miguel y soy emperador. El tercero de este nombre. Según mi cuenta, soy el emperador número ochenta y cinco desde Augusto César y el número cuarenta desde que Constantino fundó esta ciudad. Mi nombre es Miguel de Amorio y soy romano. Tengo veinte años, cuatro como único emperador. Mi nombre es Miguel y soy alcohólico. El pueblo me llama “el Borracho”. Que me llamen como quieran…” En esta novela Pablo Soler Frost recupera el diario de uno de los emperadores más interesantes del Imperio Romano de Oriente, Miguel III, famoso por sus borracheras, por restituir el culto a las imágenes y por llevar una vida tan desordenada que al final lo llevaría a sufrir la traición y la muerte.