No digo nada nuevo al señalar que leí “La novena hora” de Alice McDermott, porque me había gustado mucho su anterior novela “Alguien”. Cuando se trata de un autor que me gusta, no suelo ler las sinopsis, porque al igual que algunas reseñas, a veces destripan la historia, sobre todo si son novelas de intriga, así que me llevé una sorpresa cuando vi que la novela estaba basada en la extraordinaria labor que un grupo de religiosas del convento de las Hermanitas Enfermeras de los Pobres, realizaban en un pequeño vecindario de Brooklyn, atendiendo, curando, cuidando, ayudando, aconsejando a las mujeres e incluso amortajando a los vecinos, generalmente inmigrantes irlandeses con vidas difíciles, que luchan por salir adelante superando la enfermedad, la ignorancia, y la pobreza.
En este escenario, que se desarrolla a principios del siglo XX y recorre tres generaciones, la autora, por medio de las visitas a domicilio de las religiosas, acompañadas siempre por una joven protagonista que analiza y trata de buscar su camino en la vida, nos presenta diversos personajes, perfectamente perfilados y profundiza sobre los claroscuros de la condición humana, el alcoholismo, los malos tratos, las supersticiones, la violencia, la pérdida, el dolor…en una historia conmovedora, llena de matices, que si bien no me ha enganchado tanto como su novela anterior, tiene excelentes reflexiones sobre la abnegación, el perdón, el cariño y la solidaridad.
hace 4 años
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