Seregil y Alec, héroes heridos por una batalla cataclísmica, han decidido exiliarse durante los últimos años lejos de Eskalia, la tierra que los adoptó, para huir de sus amargos recuerdos. Pero la guerra continúa y su paz queda interrumpida por la llamada desesperada de la Reina Idrilain, que les pedirá que ayuden a su hija en un viaje a Aurënen, la misma tierra de la que Seregil fue expulsado en su juventud. Allí deberá enfrentarse a los demonios de su oscuro pasado, al tiempo que Alec descubre su propia e inimaginable herencia.