Frente a los numerosos alegatos escritos en nuestro país -y fuera de él- en contra de la leyenda negra, el autor parte de la no existencia de una crítica negativa sistemática, feroz, y unánime contra España o los españoles. Distingue, además, las opiniones negativas vertidas sobre España en función de su labor en América y del carácter de gran potencia durante el siglo xvi y parte del xvii, y las que inciden específicamente en la valoración de la política, la cultura o el carácter españoles. Se trata por tanto de abordar dos cuestiones cruciales de nuestro pasado, con incidencia directa en el presente y, probablemente, en el futuro.