Diomedes, exquiriente en la Roma de César, es llamado por la princesa Iridia al Bósforo Cimerio para investigar la misteriosa muerte de su único hermano, heredero al trono. El príncipe Polemón ha sido abatido por un rayo aparentemente divino. El investigador romano viaja a Tanais, la capital del lejano país, atraído por la generosa recompensa ofrecida por la princesa, su propio peso en oro, y antes de emprender el caso consigue la liberación de la cémpsica Baiasca que ha sido esclavizada. Amparado por su falsa identidad, Diomedes investiga el templo y sus entornos hasta descubrir un silencioso comercio con un polvillo negro de sabor salado y abrasivo. Ambientada con humor e ingenio en la época de mayor esplendor del imperio romano, La lágrima de Atenea ofrece la historia de un detective muy poco clásico perdido en un tiempo que sí lo es.