Me ha encantado. Conocía a la autora por su obra más famosa: "Un puente hacia Terabithia"; pero este libro ha sido todo un aldabonazo. Un estilo a Salinger y Dahl que te engancha desde el principio, bien narrado, perfilando perfectamente a los personajes y sin tratar nunca al publico juvenil con simplezas. Y es que esta obra yo no la pondría en el estante de "juvenil", más bien de primeros lecturas de adulto porque el tema que trata es bastante delicado y duro. Me da que voy a tenerme que leer otros libros de esta autora porque ha sido todo un descubrimiento. Os la recomiendo

Gilly Hopkins es una niña de once años con mucho carácter y experta en ser impertinente cuando quiere. A su edad ha pasado por muchas casas de acogida, aunque su sueño es volver con su madre biológica, que está convencida que la recibirá con los brazos abiertos.
La protagonista es acogida en esta ocasión por la señora Trotter, una mujerona sencilla y encantadora que vive con el pequeño William Ernest, pero los malévolos planes de la chica con su nueva familia no saldrán como tenía previsto.
A lo largo de la novela, la repelente Gilly, con la que al final el lector se encariña, madurará y aprenderá muchas cosas, incluso que los finales felices no existen, o que dependen del ojo con que se miren.
Según la contraportada, es una lectura recomendada a partir de 12 años.