Duro como un directo a la boca del estómago, adictivo como el respirar... Un título que me cambio la vida por lo que narra y por cómo lo hace. Lo leí con 17 años y me cambió la vida. Nunca he olvidado las palabras desnudas de Gary Gilmore, ni a Mailer entregándolas sin vestir, aparentemente.
hace 1 semana