La verdad, tanto el inicio como el desarrollo del libro son bastante aburridos: lo típico, una ballena encalla y un niño soñador la trata de salvar… Sin embargo, aunque el final es bastante predecible, está redactado de una forma muy hermosa y artística: se me apretó el corazón.
En lo que a mi concierne, lo único que vale la pena leer son los dos últimos capítulos.