El crítico Nick Kent compendia así su imagen de los años setenta: "Era el gran lord Byron; era un demente, era un depravado y era peligroso conocerlo". El aludido discrepa, otros insisten, y este libro viene a aclarar posibles malentendidos. Porque aquí se presentan finalmente los hechos que ha oscurecido el foco de la leyenda.