Nada más nacer de una madre adolescente, un niño indio es arrebatado y entregado en adopción a un matrimonio blanco. En medio de un fuerte extrañamiento, ese niño cultiva una nostalgia de sus orígenes que le hace rechazar a medida que crece el mundo que representan sus padres. El paisaje de su nostalgia es el de un ámbito entre la leyenda y la historia, cargado de ensoñación mítica, anterior a la llegada del exterminador blanco. Ya adulto, empieza a alimentar el deseo de "ver miedo en unos ojos azules" para acabar convencido de que su misión es matar a aquel que personifique la culpa de un crimen colectivo, a aquel "responsable de que todo haya salido mal". Así pues, por las calles de Seattle se pasea un asesino que arranca el cuero cabelludo de sus víctimas y por encima de los rascacielos las señales de humo anuncian el gozo de los nativos americanos que ven en él la llegada de un mesías vengador.