Afecto al partido fascista en sus comienzos, Montanelli enseguida le vio las orejas al lobo y salió de allí escopetado para combatirlo durante el resto de su vida. Apoyó al régimen republicano que luchaba contra Franco, recorrió buena parte de Europa como corresponsal, y ya en la guerra, como reportero. Fue condenado a muerte, encarcelado. Y la suya resultó la vida azarosa de un hombre independiente, ejemplo de lo que uno consideraría “un buen periodista”. Adquirió pronto la costumbre de salir por la puerta de atrás antes de ser despedido, y lo hizo siempre que estuvo en desacuerdo con la línea editorial del periódico en donde colaborara. Obsesionado por contar la realidad italiana de una manera independiente, Indro Montanelli fundó sus propios periódicos, varios y con discreto éxito; y hasta de alguno de ellos dimitió también, cuando el accionariado quiso imponerle una línea editorial. Su carácter firme, que gustaba de ir siempre contracorriente, le convirtió en enemigo de todos: en los 70, la misma izquierda a la que era tan afecto le llamó fascista; las Brigadas rojas le dispararon cuatro tiros por considerarlo un “esclavo de las multinacionales” y dos de ellos le alcanzaron en las piernas; en los 90, por el contrario, se le acusó de comunista. No vino a este mundo a hacer amigos; fue enemigo del Berlusconi que, con su capital, había posibilitado la aparición de uno de los periódicos que fundara Montanelli. Él mismo, tratando de buscar una etiqueta que definiera aquella forma suya de entender la política, tan particular, tan libre, acabó por proclamarse anarco-conservador. Seguramente su novela más conocida sea El general Della Rovere, porque Rossellini la transformó en una película que terminó siendo muy celebrada, ganó el León de oro y fue nominada al Oscar en la categoría de Mejor guión adaptado. Para Montanelli, el 59 fue un año fructífero: no solo escribió su novela más famosa sino dos ensayos magníficos. Uno de ellos es objeto en esta reseña. Historia de Roma se convirtió pronto en un referente. A través de varios capítulos se enumeraba de una manera concisa la convulsa historia del imperio. El reto era considerable, pues se trataba no sólo de condensar varios cientos de años en un solo volumen, sino de hacerlo de una manera ágil y entretenida. Ayudó en semejante empresa la formación del periodista, el suyo es un estilo terriblemente conciso; y con todo, tan depurado, hay una música en Montanelli difícil de encontrar en otros escritores. Cada frase es una construcción bellísima, pareciera haberse inspirado en el arte clásico, donde son perfectas las formas. montanelli-historiadelosgriegosHistoria de los griegos, sin embargo, fue concebida de modo diferente.; pareciera haber aprendido cierta lección tras la escritura del anterior ensayo, que resultó algo denso, ciertamente. En palabras de Montanelli: A diferencia de la de Roma, es una historia de hombres más que una historia de pueblo, de nación o de Estado. (…) He reducido a lo esencial la trama de los acontecimientos políticos para dar preferencia a los que determinaron el desarrollo de la civilización y jalonaron sus grandes etapas. En este libro, los poetas y los filósofos cuentan más que los legisladores y los caudillos. La de Montanelli es una pluma afilada; valiéndose de un humor corrosivo y de la óptica descreída que dan los siglos, disecciona uno por uno a todos los griegos ilustres. Bajo su análisis caen los grandes nombres, porque un hombre como Montanelli nunca tuvo carácter cortesano, su acercamiento es siempre crítico. Su mirada, no obstante, es también emocionada, no oculta la tremenda admiración que siente por alguno de ellos. En su Historia de los griegos abundan los filósofos ambiciosos, los artistas atormentados, líderes mediocres, traidores; pero también aquellos hombres y mujeres llenos de dignidad que con sus obras, con su obra, hicieron de nuestro pensamiento y nuestra política lo que es. No escapa a su exposición el análisis de los modos de vida de esas gentes, sus costumbres, su teatro, su forma de vivir; y a lo largo de todo el camino, lo sostiene todo —he aquí el gran logro— una férrea voluntad de amenizar el relato. Historia de los griegos es por encima de todo un ensayo entretenido, el ritmo no decae; más allá del contenido que pudiera importar a unos pocos, interesa y divierte. “Lo escribí —dijo Montanelli— porque me divertía hacerlo, porque espero que alguien se divertirá leyéndolo”.
hace 7 años