En 1987, un joven escritor inglés de nombre Clive Barker, merecido ganador del prestigioso World Fantasy Award por sus míticos Libros Sangrientos, y que ya contaba entre sus más grandes admiradores con relevantes personalidades de la literatura fantástica y de terror como Ramsey Campbell o Stephen King, sorprendería a todo el mundo con un valiente y original debut cinematográfico que vino a poner los puntos sobre las íes en el cine de monstruos a fuerza de ganchos, clavos, garfios, piercings salvajes, trajes de pegajoso cuero negro, una extraña y tentadora caja de rompecabezas china y una honda filosofía centrada en el sadomasoquismo y el amor necrofílico. Hito del cine de terror moderno, emblema de los 80, fuente de influencia inagotable en el género, referente absoluto desperdigado a lo largo y ancho de la cultura popular y película de culto, Hellraiser, los que traen el infierno creó la más fascinante de las mitologías del horror ficticio y neogótico en el cine contemporáneo.