Carlota era una princesa rosa. Con su vestido rosa, su armario lleno de ropa rosa. Pero Carlota estaba harta del rosa y de ser una princesa. Quería vestir de rojo, de verde o de violeta... No quería besar sapos para ver si eran príncipes azules. No quería príncipes azules. Carlota siempre se preguntaba por qué no había princesas que surcaran los mares en busca de aventuras. O princesas que rescataran a los príncipes de las garras de un lobo feroz. O princesas que cazaran dragones o volaran en globo.