En esta novela gráfica, Occi siempre pospone su salud mental. No se deja ayudar y cree que absolutamente todo depende de él. Intentará camuflar todo su malestar y buscará miles de fórmulas para quitárselo. Para ello, se dirá cosas bonitas delante del espejo cada mañana, leerá numerosos libros que le dirán cómo debe vivir su vida para ser feliz, hará maratones de vídeos motivacionales que le repetirán una y otra vez que él es el único culpable de su sufrimiento y, por supuesto, pensará mucho en positivo. Poco a poco, durante las profundas conversaciones que tendrá con Morons, se construirá un espacio seguro donde será escuchado y validado emocionalmente. Será entonces cuando se planteé la posibilidad de pedir ayuda profesional. Porque, ¿cómo sabe una persona cuando necesita ir al psicólogo o a la psicóloga? ¿Acaso pedir ayuda significa que hemos fracasado en la vida? ¿Es nuestro motivo suficientemente válido como para pedir ayuda? En estas viñetas, Pablo R. Coca, psicólogo y creador del universo Occimorons, nos descubre una entrañable historia que emociona, da esperanza y visibiliza los problemas reales de quienes han puesto sobre la mesa la importancia de la salud mental y normalizan ir al psicólogo o a la psicóloga. Pablo da voz a una generación que reivindica que no se puede con todo. Que tenemos derecho a estar mal, a quejarnos y a que se nos escuche. Porque hay cosas que nos pasan que nos acaban pesando y que nos acaban doliendo. Y aquello que duele, necesita ser hablado.