Si bien Seducida en la Oscuridad tiene un final redondo y absolutamente conclusivo con su epílogo, para aquellos que nos quedamos con gusto a poco la autora nos recompensa con esta entrega, la que no es ni más ni menos que la ampliación del Epílogo, pero desde el punto de vista de Caleb. Como la costumbre era conocer los acontecimientos desde la mirada de Livvie, fue muy atractivo meterse en la cabeza de Caleb. Creo que la autora lo hizo muy bien, porque captó su más pura esencia y en ningún momento uno se confunde en la lectura. Reitero que la novela es un epílogo, por lo que no vamos a encontrar la estructura clásica o giros argumentales; sólo son dos personas muy dañadas que quieren sacar adelante una relación basada en los profundos sentimientos que tienen el uno por el otro. Por lo mismo, fue muy gratificante la forma en que ambos personajes ponen de su parte para poder construir una historia juntos sobre los cimientos de su pasado. Al final, la idea de Livvie de recrear sus peores momentos junto a Caleb, para reconstruir recuerdos placenteros sobre esas mismas experiencias, fue increíblemente acertada en el contexto del relato. Porque sí, nuestra pequeña Livvie, que no alcanzó a conocer ninguna otra forma de relacionarse con una pareja antes de Caleb, ahora no se conforma con menos. En resumen, este libro no es necesario en el contexto de la historia, pero sí es uno de los que más se disfruta
hace 8 años