Azriel es un espíritu, un genio o un fantasma, aunque él mismo realmente no sabe lo que es, y a mí tampoco me quedó muy claro. La cuestión es que tienen los poderes y habilidades de todos ellos, si es que en realidad supiéramos de qué son capaces. El sirviente de los huesos es para mí la primera novela que leo de Anne Rice. Está muy bien, aunque no es lo que yo esperaba. Quizá el título, la portada y la contratapa me confundieron, haciéndome pensar que se trataba de un thriller algo terrorífico, emocionante y de suspenso hasta en las últimas hojas, que es lo que me gusta. Sin embargo, me encontré con una historia de fantasía que intentó solo sobre el final atraparme y dejarme un buen gusto y un recuerdo, consiguiéndolo solo a medias. La novela, sin embargo, es genial, llena de buena intriga y de historia, sobre todo de la época de Babilonia y los judíos de esos tiempos. La narrativa es increíble y de respetar. Una historia espectacular para los que gozan de escuchar detalles minuciosos de esos tiempos, de su arquitectura y cultura, de las creencias y miedos de las personas cautivas en un mundo antiguo y para muchos desconocido. Pero también hay que estar preparado para un dialogo entre dos personas de 34 páginas… Se nota asimismo una investigación amplia e intelectual, lo cual le da un gusto dulce y exquisito a la prosa y contribuye bastante a la grandeza de la obra. El personaje Azriel me dejó muchas incógnitas, pese a ser el principal de toda la novela y de sus dos partes, como dividiría yo la novela. La primera Babilonia y Azriel, la segunda, New York y Azriel, ya que la novela no es que lleve al lector mucho de la mano a través de los tiempos y la «vida» de Azriel, sino que da un salto con un par de tropiezos entre Babilonia y el New York de finales del siglo pasado. Yo le doy 6 estrellas en mi primera revisión en Quélibroleo
hace 4 años