Cádiz. Un cuerpo cuelga del puente de la Constitución de 1812. Se trata de Ada Sofía, la hija de uno de los banqueros más poderosos del país, y todo apunta a una muerte violenta.
El macabro asesinato despierta un gran interés en la prensa y la presión crece para la inspectora Salvadora Rossi, que se verá obligada a resolver un caso tan complicado como el momento personal por el que atraviesa.
Cuando a las pocas horas aparezca el cadáver de otra joven mutilada y con señales de tortura en el mismo chalet donde vivía la primera víctima, la investigación se volverá aún más compleja y peligrosa, incluso para la propia policía.