A partir de las referencias de los observadores del mundo griego y romano César, Estrabón, Plinio o Tácito, por citar sólo algunos, pasando por arqueólogos e historiadores modernos, «El mundo de los druidas» reconstruye la historia de una casta, la de los druidas, que aún hoy resulta enigmática, debido al halo de misterio que la ha envuelto. La práctica ausencia de material escrito por estos miembros privilegiados de la sociedad britana y gala (su sabiduría era transmitida de manera oral a quienes consideraban adecuados depositarios, para preservarla de profanaciones e intrusismos), y el paso de los siglos, han llevado a los especialistas a estudiarlos basándose en las excelentes pruebas arqueológicas de los restos encontrados –especialmente de ritos sacrificiales o tesoros–, en las citadas crónicas de los autores clásicos, y en relatos medievales que recogen los mitos orales más antiguos en lengua vernácula de Gales e Irlanda: el Ciclo del Úlster, el Mitológico y el de Fenian narran las historias de influyentes druidas como Cathbadh, la raza divina de Tuatha Dé Danann, monarcas como la reina Boudica y héroes como Finn, imbuidos de saber o mediados por él.