Mary Lennox es una niña que siempre ha vivido en la India y ha estado a cargo de criados que la han obedecido en todo, convirtiéndola en una niña consentida y repelente. Cuando sus circunstancias cambian y tiene que ir a vivir a la mansión de su tío en Inglaterra, Mary se transforma, gracias al entorno y a las personas que conoce. La naturaleza, y un jardín en concreto, son fundamentales en la historia, así como el resto de personajes que aparecen y que es preferible ir descubriendo al leer el libro.
Narrado con una prosa sencilla, se lee como una fábula. La autora se fija en los pequeños detalles y las descripciones del jardín y los personajes, aunque a veces el estilo es excesivamente simple y reiterativo, quizá porque es una lectura más infantil que no juvenil. Pero me ha gustado, creo que es una historia amena y positiva, de la que destacaría, además de los personajes que al final se hacen entrañables, la ambientación y el contexto (por ejemplo es muy evidente la diferencia entre niños ricos y pobres). Otro tema que llama la atención es el concepto de “magia”, que aparece una y otra vez, refiriéndose al poder del pensamiento positivo y a la capacidad curativa de la naturaleza, que según se cuenta en la introducción del libro, fue influencia de la elaboración personal que la autora hizo de las corrientes filosóficas denominadas Nuevo Pensamiento y Ciencia Cristiana, muy populares a principios del siglo XX (“El jardín secreto” se publicó en 1911).
Una lectura agradable de leer, previsible y quizá demasiado “bonita”, muy bucólica e ideal, en que todos son muy buenos y el final feliz es inevitable, pero me alegro de haber leído este clásico de la literatura infantil inglesa que no conocía.
hace 6 años
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