Duncan Campbell posee todos los atributos que corresponden a un jefe de clan escocés. Salvo uno: no es legítimo. Desterrado por un crimen que no cometió, se ha forjado en el continente una reputación de mercenario salvaje. Pero Duncan regresa a Escocia para limpiar su nombre y encontrar a la mujer que le traicionó pese a ser su amante. Sin embargo, poco después de sorprenderla mientras nada en un lago, termina encañonado por un arcabuz. A Jeannie Grant siempre le han dicho que es impulsiva como su madre, que por amor trajo la destrucción a su clan. Jeannie nunca lo creyó hasta que conoció a Duncan Campbell. No era un marido adecuado para la hija de un poderoso caudillo, pero ella le dio su inocencia. Y él le falló. Tras tanto tiempo, el hombre al que ha disparado no se parece en nada al sinvergüenza de antaño. Pronto se destapará un secreto mortal, y no solo penderá de un hilo su amor perdido, sino sus propias vidas.