Un hallazgo puede cambiar nuestra existencia y, a veces, hasta el sentido de nuestra vida. Fermín Bustarga encuentra, entre los legajos del Archivo Municipal donde trabaja, un mensaje que surge en el tiempo como la botella que arriba a la playa. El hallazgo será el acicate de una larga y comprometida indagación llena de encuentros y descubrimientos, donde poco a poco Fermín se verá prisionero de la red que tanto tiene que ver con sus propias quimeras y ensoñaciones. De lo real y cotidiano a lo extraordinario y extravagante, hay un camino que se pierde por los territorios más secretos y alucinados de la ciudad donde Fermín vive: como si al otro lado de los paisajes convencionales latiese un universo desquiciado, lleno de desmedidas pasiones, plagado de aventuras y misterios. El delirio de la creación artística, la imaginación devastadora, lo real como limitación y cárcel de nuestro cuerpo y nuestro espíritu, la ansiedad y el desafuero de los vividores, el sentimiento del fracaso, son pautas de reflexión y advertencia en el destino de Fermín Bustarga, que se mira en el espejo turbio de sus emociones.