El don de Vorace hermana a Casanova con Rimbaud, por su genialidad, su provocación y su muerte temprana. Se advierte en Casanova la gracia, el desparpajo, la propensión lúdica de un ángel con rasgos diabólicos, todo lo cual exime a su arte de las esperables convenciones del oficio. El libro, abiertamente inverosímil, es de principio a fin una parodia y denota un esfuerzo imaginativo poco común. Es la deriva criminal de un hombre a quien la inmortalidad ha despojado de principios morales. Según las anotaciones en su diario íntimo, que saldrá publicado en Demipage próximamente, tardó cuarenta y cuatro días en escribir la novela El don de Vorace. Entre el 9 de junio y el 23 de julio de 1974. El autor tenía 17 años.