Pues la referencia de que a quien le haya gustado Seda le gustará este libro... al menos en mi caso no es nada acertada. Seda me dejó bastante fría. Y sin ser ninguna iniciada leí la novela que nos ocupa y me encantó. Me pareció una preciosidad una joya que no olvidaré jamás. De ahí mi 9. Lo cierto es que cada vez me fío menos de lo que se dice de una obra.

Una historia de amor algo fuera de la tradicional que siendo sincera me costo trabajo imaginar por la diferencia de edades. Creo que es entretenida y breve. Una lectura rápida que sirve para conocer un pequeño mundo diferente, con mucha comida y sake.

Novela japonesa narrada en primera persona y en retrospectiva por Tsukiko Omachi, una mujer cerca de los cuarenta y que un día se encuentra en una taberna a su antiguo profesor de japonés del instituto. La diferencia de edad, de unos treinta años, no será impedimento para que Tsukiko y el “maestro” —como ella le llama— coincidan a menudo y compartan comida e ingentes cantidades de sake. Es la historia del acercamiento de dos seres solitarios, con sus encuentros y desencuentros, contados con mucha sutileza.
El estilo es lento, sobrio y delicado, lleno de pequeños momentos cada vez más importantes. Como curiosidad, quiero indicar que el título original en japonés es “Sensei no Kaban” —“El maletín del profesor”—, que me parece más congruente con el relato. Hiromi Kawakami ganó, con esta novela, el Premio Tanizaki en el año 2001.
Una historia sencilla, escrita con delicadeza y poesía, y de estilo muy japonés. Me ha gustado, aunque solo la recomendaría a los lectores que ya han tenido contacto previo con la literatura nipona.

Una historia sombria por la oscura sobrambra de la soledad que caracteriza la cultura japonesa. Entretenida y sumamente predecible, es un rico entre mes, pero no es nada nuevo ni transformador como lo prometen sus criticos. La escritora nos hace ver el amor, desde la perspectiva de una mujer adulta y ptomedio, en una cultura totalmente diferente a la conocida por el lector promedio y con tantas referencias culturales que se vuelve realmete nutritivo y enriquecedor.

Aunque lo intento me reafirmo en que la cultura japonesa está sobrevalorada. He estado en Japón y efectivamente los define la soledad. La misma soledad que tienen los personajes. Que me perdonen los que les ha gustado pero básicamente se pasan la novela borrachos y reprimiendo sus sentimientos. O no?

Leer una novela japonesa es adentrarse en un mundo de emociones, donde la sensibilidad y la calma son actores fundamentales. Poco que ver con la literatura occidental. Éste es un libro delicioso, de momentos, de palabras, de miradas, allí donde todo fluye sin prisa, con unos personajes entrañables y solitarios. Me ha gustado mucho, porque ese mundo tan sencillo es el de las pequeñas cosas, esas que en nuestra sociedad de ruido y rapidez pasan inadvertidas. Muy recomendable.

Un libro de una belleza extraordinaria, lenta y discreta. Una historia de amor improbable entre dos personas solitarias, incluso extrañas, que cobran sentido cuando están juntas a pesar de ser totalmente diferentes. Uno se enamora de los personajes y desea que estén juntos.

Deliciosa historia de amor que, como dicen en la opinión de quelibroleo, no es apta para todos los gustos. Reconzco la fascinación que siento por el mundo japonés, por esa forma de vivir y sobre todo de sentir tan distinta a la occidental, tan comedida, tan introspectiva, tan íntima. Dos personajes que coinciden al cabo de muchos años y se sientan a comer y sobre todo beber compartiendo silencios y soledad y que poco a poco van encontrándose y necesitándose. Una lectura superficial puede llegar a desquiciar, te dan ganas de coger del cuello a cualquiera de los dos y decirles “pero vamos a ver! Podéis deciros las cosas claras y dejaros de paseos y beber!”, pero si consigues entrar en su ritmo pausado y delicado, en esa belleza sutil, te empieza a calar poco a poco hasta llegar a dejarte un nudo en la garganta.

De mis libros favoritos. Kawakami se aleja de los tópicos amorosos que tanto pueblan actualmente en la literatura y construye con hilos sedosos casi invisibles una historia entre dos seres humanos, pero que realmente son humanos. No se tratan de personajes únicos, son gente que podrías encontrarte por las calles de Japón. La autora se vale de escenas cotidianas para asentar las bases de una relación entre una mujer aparentemente adulta y su antiguo profesor de instituto. A partir de los encuentros nocturnos en una taberna típica japoneses, los dos se irán conociendo, sin saber realmente lo que están haciendo ni a dónde les llevará. Con una influencia de la obra maestra japonesa "Kokoro" de Soseki, Kawakami logra crear una relación que hace sentir. Aparentemente puede que no lo parezca, pero realmente se mueve algo en tu interior a medida que avanza la historia. Tal vez puede parecer sosa, sin nada que destacar, pero eso es por estar acostumbrado a las típicas historias amorosas occidentales en las que abunda el sentimentalismo barato y personajes vacíos, sin humanidad. Es por eso que puede no gustar, así que recomiendo antes haber leído un poco de literatura japonesa para entender mejor el porqué de la magia de este libro.

Defraudada. Me aburrió.

Es una historia de amor , pero no un amor adolescente ni juvenil , la historia es de una amor lento basado en los pequeños detalles .Es libro corto y realmente muy fácil de leer.

Seguramente no he sabido valorarla, o la he leído bajo un prisma demasiado occidental. Siendo una novela agradable y fácil de leer, no exenta de cierto lirismo, no me ha entusiasmado.

El libro es un remanso de pureza. Bella literatura que deja en el lector irrefrenables sensaciones: Amor, delicadeza, sensibilidad... Preciosismo artístico plagado de destellos poéticos. Una serena travesía hacia lo sencillo, lo cuidado y lo cristalino. Y es que en muchas ocasiones las relaciones son así: Como un relente templado, en lo que lo cabal se hace invisible. O como un mundo interno del revés, en el que apenas una "r" y una "a" separan las palabras "te amo" de la palabra "temor". La leí con suma delectación.

“El cielo es azul, la tierra blanca”, de Hiromi Kawakami, es una novela que tenía pendiente hace tiempo y que me ha sorprendido muy gratamente. En la mejor línea de la narrativa japonesa (lenta, pausada, sutil) se trata de un emotivo y bello relato en el que los dos protagonistas, seres incompletos y solitarios, comparten pequeños momentos cotidianos de complicidad, sabores, olores, paseos, compañía, bebida, comida exquisita (todo un homenaje al sake y a la reputada cocina japonesa) mientras durante sus encuentros y también sus desencuentros, entre ellos va surgiendo una intimista y peculiar historia de amor. Sencilla, emotiva, delicada, entrañable… Me ha encantado.

Relato intimista, nos narra la historia de amor de Tsukiko con su maestro, a partir de un encuentro casual en una taberna, que será escenario de sus encuentros y desencuentros. Todo ello trufado con referencias gastronómicas de la dieta japonesa. Un emotivo y sencillo relato donde cobran importancia los pequeños momentos, la buena compañía, la comida exquisita y la bebida (todo un homenaje al sake), el mundo del maestro y Tsukiko hecho de cosas pequeñas, de gestos, de miradas en un verdadero canto a la vida.

Es una historia intimista, al más puro estilo nipón. El ritmo es pausado y la prosa detallista, muestra de que es en las pequeñas acciones y gestos nimios donde se encuentra la esencia de las cosas. La narración transcurre en pasado y cuenta la relación que nace entre Tsukiko, la narradora-protagonista, y su antiguo profesor de instituto. En un inicio se hace difícil entrar en el relato, debido a la sobriedad de los diálogos, del entorno y las numerosas referencias a platos típicos u otros pormenores propios del país, pero a medida que se avanza en la lectura las emociones de los dos personajes principales se hacen más comprensibles e intensas, hasta convertirse en una bella historia de mutuo entendimiento y cariño entre ambos. Muy recomendable.

He termiado "El cielo es azul, la tierra es blanca" de Hiromi Kawakami. Me ha gustado bastante, aunque al principio no acababa de meterme en la historia. Nos cuenta la historia de Tsukiko, una mujer solitaria, que le cuesta el contacto con la gente, no convencional, que un día, por casualidad se encuentra en un bar con un maestro que tuvo en la infancia y ve que tienen muchas cosas en común. Entre los dos se va forjando una peculiar relación, que muy lentamente se va consolidando. Vemos las dificultades, dudas, miedos, que van surgiendo entre ellos, a medida que avanza el libro nos vamos metiendo más en la historia y nos sentimos más identificados. Hay sensaciones muy bien plasmadas, el nerviosismo, el miedo al rechazo, el intento de olvidar,... Me ha dejado una buena sensación, esta novela, me ha gustado, es muy sencilla y delicada.

Una dulce y atípica historia que aunque al principio me ha resultado algo monótona a raiz que se ha ido desarrollando la historia he disfrutado con ella. Entrañable, tierna con mucha sensibilidad. Merece la pena descubrirla y leerla, porque tiene el encanto de la narrativa japonesa.

Defraudado.