Con una historia que va directa al corazón, este es un cómic del que se debería hablar más por lo duro que es. Los avatares de nuestro protagonista muestran todo lo que pueden vivir los niños reclutados como soldados de una manera cruda y sin esconder nada. Está enfocado a un público adulto, con mucho grafismo tanto en las muertes como en las escenas de violencia. El color ayuda a meterte en la historia, con colores vibrantes y que dan fuerza al dibujo. Con todo, pocos momentos de esperanza hay en esta historia y de hecho, el desasosiego aumenta conforme te acercas al final. De hecho, te queda una sensación agridulce y triste al acabarlo, por lo muy relacionado con la vida real que está todo lo que sucede. Es una historia dura, que no lo esconde en ningún momento, y que no es apta para todos los públicos pero que puede ayudar a remover conciencias. Colibrí.
hace 2 meses