Inspirada en la leyenda griega de Quirón y Prometeo, a quien aquél cedió su sabiduría y su don de ser inmortal, esta novela no ocurre en el Olimpo, sino en torno a la escuela superior de una pequeña ciudad de Pennsylvania. Quirón, el más sabio de entre los centauros, pasa a ser aquí un profesor de ciencias, quien, antes de los incidentes -y accidentes- que se producen durante tres días de invierno de 1947, procura descifrar los conflictos que le enfrentan a su hijo de quince años -Prometeo-, a quien intenta rescatar de la mediocridad y la apatía. Gracias a la referencia mitológica, el lector revivirá en toda su dureza, pero también en toda su profunda ternura, la tragedia de la agonía del viejo maestro y la iniciación del hijo en la difícil tarea de existir, que transcurren en el escenario de una casi titánica confrontación generacional. La figura del centauro fue creada por John Updike como contrapunto evidente a la figura ya célebre de su personaje Harry «Conejo» Angstrom.