Muy bien si en cada pais un escritor se lanzara a usar el estilo de Bernhard para decir unas cuantas verdades como las que aqui, en El asco, se dicen. Tremendo logro estilistico por parte de Castellano Moya.
hace 12 añosEdgardo Vega, tras dieciocho años de exilio voluntario en Canadá, se ve obligado a regresar a El Salvador para acudir al entierro de su madre. Ya el viaje, «una espeluznante travesía» se le hace insoportable, sus compatriotas le resultan repulsivos y provocan en él un estado de ansiedad que no le abandonará hasta que se marche. Todo esto se lo cuenta de manera torrencial a Moya, antiguo compañero de colegio, con quien queda durante su estancia para tomar unas copas, y el cual reproducirá posteriormente el salvaje monólogo de Vega. El Salvador le resulta a Vega despreciable, arremete contra todo: Iglesia, educación, política y políticos, su propia familia..., y vomita sus críticas de forma categórica, hasta el punto de identificarse con Thomas Bernhard.
Muy bien si en cada pais un escritor se lanzara a usar el estilo de Bernhard para decir unas cuantas verdades como las que aqui, en El asco, se dicen. Tremendo logro estilistico por parte de Castellano Moya.
hace 12 añosUn largo alegato contra El Salvador, por la cual el Autor recibió amenazas de muerte que obligaron a su exilio, ¿verdad, montaje? quien sabe. Lo que hace la novela es ser una burla exagerada del país y sus habitantes. Una imitación premeditada del autor hacia Thomas Bernhard que ya criticó a Austria y su cultura.
hace 14 años