Creo que es la primera vez que he deseado que se acabara el verano. ¿Por qué? Muy fácil. Porque eso supone retomar las clases y ver a Pablo de nuevo. Hemos pasado meses separados. Yo en mi pueblo, aburrido y asqueado con mis padres, y él en Estados Unidos.
Hoy es nuestro primer día de curso y no puedo tener más ganas de entrar en el colegio y darle un beso a mi novio. Mi novio. Qué bien sienta decirlo. Pero, claro, nuevo curso, nuevos dramas. No veo a Pablo, no está por ningún lado. Y no solo me preocupa eso, me han cambiado de clase... y tengo la sensación de que mi padre está detrás de esto. Seguro que hay una explicación para todo. Siempre la hay. O, al menos, siempre la encuentro..., ¿no?