Este libro es como si un conjunto de monólogos lo hubieran llevado al papel. Lo malo de esto es que la gracia, en este caso, sólo se puede obtener del ingenio de los comentarios, perdiendo así el ambiente que complementa exitosamente a un monólogo; público, gestos, etc. Lo que más me ha gustado son los temas, curiosidades para finalizar el tema y muchas de las cosas que vemos como normales y que no nos damos cuenta, hasta que lo leemos, de lo absurdo y raro que resultamos ser. Sin embargo, el libro me ha parecido bastante soso y, en ocasiones, ha sido un buen método para buscar el sueño, lo que dice muy poco de él.
hace 9 años