Inicié la lectura de “Enterrad a los muertos” de Louise Penny, impulsado por el cintillo de la portada, donde la catalogaban como la mejor novela de Canadá, justo minutos después de enterarme que el gobierno canadiense negociaría unilateralmente el TLC con el gobierno de Trump.
Nunca había leído a Louise Penny; tenía el libro a la mano porque lo acababa de encontrar en una mesa pérdida en Gandhi, buscando novela negra de autores desconocidos.
Lo primero que tengo que decirles es que “Enterrad a los muertos” me gustó y mucho. Publicada en el 2010, ha conquistado 5 premios, entre ellos, el “Arthur Ellis Award” como la mejor novela canadiense, y el “Anthony Award” como la mejor novela de crimen.
Como lo marca el género, existe un protagonista investigador. En la saga de Louise Penny, porque ahora sé que son varias las novelas, es el Inspector en Jefe de homicidios de la Sûreté de Quebec, Canadá, Armand Gamache, en los 50 y tantos, casado desde hace más de 20 años con Reine-Marie, y padre de 2 hijos.
Gamache, a diferencia de otros protagonistas del género negro, no es alcohólico, violento o inestable en sus relaciones familiares; al contrario, es compasivo y paciente; alto, elegante en el vestir y le gusta leer historia y poesía.
“Enterrad a los muertos” trata de la investigación del asesinato de Augustin Renaud, un excéntrico aficionado a la arqueología y obsesionado con la búsqueda del cadáver de Samuel de Champlain, el padre fundador de la ciudad de Quebec, donde se desarrolla la mayor parte de la trama.
Paralelamente, Gamache envía a su colaborador Jean-Guy Beauvor a el el pequeño pueblo de Three Pines para buscar nuevas pistas sobre un crimen, cuya investigación, encabezada por el Inspector, había llevado a la cárcel a Oliver, uno de los escasos vecinos del pueblo. Por diversas circunstancias, Gamache consideró, años después que, aunque todas las pruebas apuntaron hacia la culpabilidad de Oliver, pudo haberse equivocado, enviando a la cárcel a un inocente.
Además, la autora, intercala en el desarrollo de estas dos historias, utilizando flashbacks, otra acción donde estuvo involucrado Gamache y su equipo, cuyo desenlace lo dejó lastimado física y mentalmente, lo que lo llevó a descansar a Quebec, e involucrarse extraoficialmente en el caso Renaud.
Convergen así, tres tramas en las que confluyen los sentimientos y las heridas históricas de los habitantes de Quebec, con un trauma personal y reciente del Inspector, que nos atraparon sin remedio gracias a la prosa de la autora, pero también, a la ambientación (la zona histórica de Quebec, es maravillosa. Gracias a Google Maps recorrí todas las calles, plazas y locales donde transcurre la novela) y el trasfondo histórico y político de la región, marcada por la relación conflictiva entre los francófonos y los ingleses.
El ritmo de la novela no es como el de la mayoría del género. Las investigaciones avanzan con calma, en medio de desayunos, comidas y cenas bastante sosegadas, entre café, té
hace 4 años
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