Desde tiempo inmemorial, con la aparición de la religión entre los humanos, el milagro, las curaciones y la magia han ido unidos como medios complementarios de abordar e intentar superar los problemas del dolor y de la enfermedad. No era fácil en la antigüedad trazar una frontera nítida entre magia, medicina y milagro, ya que en la mente popular se intercambiaban con frecuencia.