Adictiva y de lectura muy rápida (a pesar del nº de páginas). No me gustan las novelas fantásticas, no suelo leer novelas de aventuras ( a no ser históricas) y cuando se unen los dos conceptos, me resultan tan inverosímiles que a menudo acabo abandonando. Sin embargo, la historia de Kvothe me atrapa de principio a fin. Y tengo claro que se debe más a lo que tiene de cotidiano (su interés por conseguir dinero para la matrícula, por la comida, por la ropa...), que a sus aventuras (muy interesantes), a menudo increibles y desorbitadas para un hijo de trovadores de quince o dieciseis años.
Es un libro de calidad narrativa con desigual interés. El principio hilvana de forma magistral la información imprescindible del primer volumen, de manera que es totalmente innecesaria una relectura. Avanza muy poco y recuerda bastante al adolescente Harry Potter (huérfano cuyos padres han sido asesinados por alguien con enormes poderes y de quien no se sabe nada, centro de estudios, profesores aliados y enemigos, personajes etéreos que rodean la escena (como Auri), dos amigos incondicionales en los que apoyarse, exámenes, y un mismo objetivo: eliminar al asesino de sus progenitores). Luego se convierte casi en una novela de aprendizaje (muchos más escenarios que en el primero), con aventuras de las que nuestro protagonista siempre sale más sabio. Nos acerca al mítico personaje de las leyendas.
Los cortes narrativos son menos que en el primer libro, lo que hace el relato aún más ágil. Sin embargo se cierran muy pocas incognitas y se añaden de nuevas. ¿Se resolverá todo el tercer día? Habrá que leerse la tercera entrega.
hace 12 años
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