No podemos con él/ella. Nos planta cara, se salta las normas y se pasa el día desobedeciendo y contestando. Se ríe de todos y además se porta mal en el colegio. No sabemos qué hacer para que estudie, coma, se acueste, sea más responsable... y encima nosotros somos los malos y nos sentimos culpables. Pocas veces los adultos se han visto más desbordados, solos y perdidos en la convivencia y educación de los niños y los jóvenes como en la actualidad. Cada niño es único e irrepetible, por ello no se pude tratar a todos por igual, pero cualquier niño precisa unos límites, unas normas, unas pautas y unas reglas que lo ayuden a conseguir la estabilidad, tranquilidad y seguridad necesarias en su paso por las etapas cruciales de desarrollo como persona.