Antony Beevor es un escritor de historia que destaca por sus libros sobre batallas de La Segunda Guerra Mundial. En esta ocasión deja de lado (aunque no del todo) las batallas de la mayor guerra de la historia para centrarse en la curiosa figura de la actriz ruso-alemana Olga Chejova, sobrina del famoso dramaturgo ruso Chejov. Desde luego, a primera vista la vida de esta mujer, que a la vez que famosa actriz de la cinematografía nazi, confraternizando incluso con el mismísimo Hitler, era espía a las ordenes de la Unión Soviética, tiene todos los ingredientes para resultar apasionante. Sin embargo, el problema de este libro dedicado a Olga Chejova se hace más que evidente cuando se llevan leidos unos cuantos capítulos. Y este es que el autor tiene muy poco que contar sobre el personaje al que, supuestamente, esta dedicado el libro. Así, Beevor nos cuenta en los primeros capítulos la vida de casi todos los familiares de la actriz, incluida la rama de su familia política, en la Rusia zarista. Después desde la Primera Guerra Mundial hasta la Revolución Rusa pasando por la consiguiente guerra civil, la historia y vicisitudes del Teatro del Arte de Moscu, las purgas de Stalin y por ultimo la Segunda Guerra Mundial. En todo ese trayecto, la "protagonista" del libro es un personaje más del que se habla en ocasiones. Incluso el hermano de la actriz, Liev, (compositor y espía) tiene más protagonismo en el libro que ella. Al final el lector tiene un poco la sensación de que le han dado "gato por liebre". Además, al terminar el libro descubrimos que esta mujer no hizo absolutamente nada como espía en la Alemania nazi y su mayor virtud fue ser una famosa actriz en Alemania y mantener buenas relaciones con los dirigentes de la Unión Soviética, cosa, por otro lado, completamente lógica por su parte puesto que buena parte de su familia seguía residiendo en Rusia y lo habrían pasado mal si no hubiese sido así. Su leyenda como espía que mantuvo engañados durante años a los alemanes, es más un montaje o exageración de las autoridades comunistas (siempre vienen bien unos cuantos héroes ejemplares a favor de la causa) que una realidad. Si además, el mismo autor reconoce que Olga Chejova miente descaradamente en sus voluminosas memorias, es muy comprensible que a la hora de la verdad este tenga muy poco que contarnos sobre ella... Aún así el libro no carece de interés, y, salvo quizás algún capitulo de los primeros en el que se extiende demasiado con los familiares resultando un tanto pesado y hasta confuso, el libro en general se sigue con interés y resulta muy variado por el amplio periodo histórico que nos cuenta (evidentemente, sin profundizar excesivamente en los temas) casi siempre con buen ritmo. Quizá el defecto de este libro es su titulo, ya que se titula "El misterio de Olga Chejova" como se podía haber titulado de muchas otras formas con más acierto y así no daría lugar a falsas expectativas o confusiones.
hace 10 años