Cuando un colega muy próximo a él es brutalmente atacado, el inspector John Rebus se ve inmerso en un complejo caso relacionado con un incendio en un hotel, un cadáver sin identificar y una noche de horror y muerte ya hace mucho tiempo olvidada.
Perseguido por peligrosos fantasmas del pasado y obsesionado por conseguir descifrar los crípticos códigos utilizados por su colega para anotar detalles en su libreta, Rebus lucha contra el tiempo para reunir todas las piezas de un inquietante puzle, que nadie –acaso ni siquiera él mismo- querría ver completado.
Con su habitual potencia para crear climas inquietantes y descender a los rincones más sórdidos de la ciudad contemporánea, esta novela no hace sino confirmar a Ian Rankin como un autor de novela criminal destinado a convertirse en un clásico.