Lo bueno de que el mejor amigo de tu abuelo sea inspector de policía es que, a la hora de cenar, cuenta unas historias fantásticas. El problema es que, al oírlas, te de por investigar por tu cuenta y riesgo y, de repente, te veas involucrado en una peligrosa trama de sociedades secretas, con tu vida pendiente de un hilo. Su lectura está recomendada de 12 a 14 años.