Los inquilinos del hotel de los cuentos esconden perversiones íntimas e inconfesables. Así ocurre con la célebre poetisa, víctima de una pasión no correspondida, o con la mujer que se enciende al escuchar una voz masculina en un cruce telefónico; o el caso del botánico inglés, consagrado a un placer ignominioso, y el de la aristócrata que abandona a sus dos nobles amantes ‹un vizconde y su hijo‹ por otro más airoso. En las páginas de estos relatos lúdicos, rebosantes de humor e ironía, palpitan dos pulsiones: el placer y la escritura. El primero pertenece a aquellos que dejan volar su imaginación al servicio de los sentidos. La segunda, a quienes se ven presos de sus propios demonios. Una brillante antología de cuentos, excelente representación de la narrativa breve de la escritora, Premio Nacional de Narrativa.