A golpe de palabra certera, de documentos y testimonios contrastados, Pike resquebraja el pedestal del héroe. Este no es un libro sobre el campo de Mauthausen, constituye una defensa razonable, razonada y documentada del fotógrafo español Antonio García. Con su investigación, Pike no sólo cuestiona el papel interpretado por Francesc Boix -el hasta hace poco único fotógrafo digno de mención-, sino también el aplauso político del que fuera su público consentidor e interesado. Analizada de forma exhaustiva, su querella con García evidencia la escasa credibilidad de sus actos y declaraciones. En DOS FOTÓGRAFOS EN MAUTHAUSEN la figura de Boix se quiebra por completo. Gracias a la solidez y sinceridad con la que Pike construye su discurso, queda revelada la pugna de los españoles por su lugar en la historia. Asimismo, rememora cómo copiaron y escondieron una parte de las fotos tomadas en el campo. Aquellos que no claudican ante la barbarie siempre serán ejemplos de valentía. Los deportados españoles lo fueron; sin embargo, como hombres sujetos a la desesperación, es necesario ponderar sus hechos. En este sentido, Pike retoma su drama y pasa las páginas hacia atrás. La labor de Antonio García bien lo merece. Su adenda representa un sentido homenaje de los prisioneros de diferentes nacionalidades hacia el colectivo, homenaje que se lee con la emoción en los ojos. (Jorge Trujillo, 23 de enero de 2019).
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