El discurso de Cicerón en defensa de Marco Celio Rufo se pronunció el 4 de abril del año 56 a. C., pero con seguridad puede afirmarse que el discurso que ha llegado hasta nosotros fue redactado después de pronunciado con la intención de publicarlo. El resultado es un cuidado discurso forense en cuyo desarrollo el maestro Cicerón da buena muestra de su notable ingenio y de su destreza en el uso de la palabra, llevándonos de lo más simple a lo más complejo, de lo irónico a lo patético, en un excelente ejemplo de lo que puede y debe hacer todo buen orador.