Estamos frente al "crepúsculo de los analistas". Los discípulos de Freud contienen a duras penas la marca creciente de terapias new age y tienen mucho de qué preocuparse ante los pacientes que "mienten" en el diván o que los seducen con dinero, sexo o fanática devoción: los peores pecados en el juego de poder del a sesión terapéutica. El doctor Yalom nos pone en la piel de los analistas: Seymour, que "interpreta" los límites de la decencia sexual; Marshal, inseguro sobre el rol del dinero en su relación con los pacientes; Ernest Lash, que se reivindica por su deseo sincero de ayudar a la gente. Fascinado por estas historias reconocibles, el lector prueba el fruto prohibido de lo que el analista piensa durante la sesión, y es testigo de un desenlace conmovedor, pleno de humanidad y fe redentora.