«Llegué a Nueva York hace solo tres semanas provisto de grandes esperanzas, esperanzas que han sufrido un duro revés. En mi mente yo iba directo desde Penn Station hasta las oficinas de One Life to Live, donde soltaba el equipaje y me aseaba un poco antes de salir a tomar una copa con Cord Roberts y Victoria Buchannon, las grandes estrellas del programa. Nos sentábamos en una butaca afelpada de una elegante coctelería, donde mis nuevos y célebres amigos levantaban los helados vasos en dirección hacia mí, diciendo: -Un brindis por David Sedaris, el mejor guionista que esta serie ha tenido en toda su historia. [...] La realidad es que acabo de solicitar un empleo de elfo. Pero lo peor no es solicitarlo, sino la posibilidad, absolutamente real, deno conseguirlo; de que ni siquiera pueda acceder a un puesto de elfo. Es entonces cuando tienes claro que tu vida es un fracaso absoluto.»